En un viñedo de respetable dimensiones, decenas de niñas de 10 a 12 años se afananan en cortar racimos y en trasportarlos en pesadas cajas hasta un tractor donde un adulto las estiba. Podria parecer las imagenes de denuncia de trabajo infantil en latitudes lejanas, y esto es una experiencia educativa. Entre los niños las niñas profesoras y los pequeños recolectores no se comportan precisamente como victimas explotadas. Son 150 alumnos de colegios de la zona de Betanzos.
A mí me gustaria aplastar uvas con lo pies debe de ser genial. Estos niños de Betanzos se lo debieron de pasar genial .Yo lo pienso hacer algún dia.
Evelinc
1 comentario:
Muy bien, Evelin; me gusta tu interés por participar en el blog y trabajar para ello.
Te felicito. Tu profe:
Rosa R.A.
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