En el año 1796 un médico rural llamado Edward Jenner, inspirado por el comentario de una ordeñadora de vacas que afirmaba no contagiarse de viruela, puso a prueba un método que cambiaría la historia de la humanidad para siempre: la vacunación.
Un médico alicantino de la época llamado Francisco Javier Balmis había seguido los logros de la recién descubierta vacuna de Jenner. Era, además, consciente de lo que provocaba la viruela en América, sobre todo en México donde había vivido durante un largo tiempo.
Balmis se encontró con un nuevo inconveniente, ¿cómo conseguir llevar la vacuna en perfectas condiciones hasta tierras americanas? Ir de España a América en barco era un peligroso viaje de varios meses. Si no podía llevar la vacuna en un frasco a América, llevaría a niños en el barco que la transportasen en su interior por relevos hasta llegar a América. ¿Cómo? Inyectándole inicialmente a dos niños con la vacuna (la viruela de la vaca). Así siempre habría al menos 2 niños con capacidad para transmitir la vacuna.
Con 22 niños huérfanos a bordo, Balmis partió desde Galicia rumbo a México dónde fue el punto de partida de su gran expedición contra la viruela. Pasaron por México, Puerto Rico, Argentina, Colombia, Perú… vacunando a decenas de miles de niños en su larga travesía.
En total, 3 años de expedición (1803-1806) que que terminarían salvando la vida a millones de niños y convertirían a Balmis en uno de los médicos más importantes e influyentes y, al mismo tiempo, desconocido de la historia española.Manuel
1 comentario:
Es genial este trabajo y yo no sabía nada sobre la vacuna de Jenner, ¡que informacion mas asombrosa!
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