En una época donde la viruela era una enfermedad mortal, unos huérfanos de entre 8 y 10 años, se embarcaron en la corbeta María Pita, su objetivo era salir de el puerto de A Coruña hacía Tenerife, allí fueron inoculándose la vacuna desde la pústula de un niño al cuerpo de otro, y para que así estuviese activo al terminar el viaje. Estos pequeños héroes lograron salvar la vida a muchas personas; pero lamentablemente uno de los 22 niños no logró sobrevivir, los demás estuvieron en un Hospicio de México y después a en la escuela patriótica.
Alejandra Vera.
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