La espalda de Josefina, residente en Cambre, acumula cinco hernias de disco por las atenciones constantes dedicadas a sus familiares, marcados por accidentes y enfermedad. Sus padres de 86 y 84 años, están ingresados en una residencia. José tiene las piernas amputadas y Aurelia, su esposa, está sorda y ciega. El hijo de Josefina, Luis de 44 años, acude a su casa los fines de semana. El hijo de Luis, Luismi de 20 años, también es dependiente y absorbe el cien por ciento de el tiempo de su abuela. El año pasado no entró en el centro deseado. Su otra nieta, Vanesa de 24 años, está sorda y ciega. Acude a casa de su abuela cuando su madre cumple con el horario con algún trabajo para ayudar a la economía familiar.
Para mí, Josefina es una persona que quiere ayudar pero la paciencia se le puede acabar.En mi familia también hay una descapacitada, con la que no comparto casa, pero viene a menudo a visitarnos.
Al principio pueden parecer una carga, pero te hacen compañía. Espero que Josefina resuelva los problemas de su espalda y que reciba ayuda o lleve a sus nietos a un centro para descapacitados, porque ella es una señora mayor, la cual, necesita reposo.
Tania Barreiro
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