O noso cole

O noso cole
O NOSO COLE. Supercurritos somos: Rafa, Israel, Tania, Évelin, Lucia, Celia, Nerea, Fernando, José, Alexa, Lois, Manuel, Pamela, Alejandra, Rodrigo e a profe, Rosa R.Álvarez

jueves, 9 de diciembre de 2010

Pau Gasol, embajador de UNICEF

Los niños entrevistan a PAU GASOL. (resumen de entrevista aparecida en XL Semanal dedicada a la infancia)


Pau Gasol está acostumbrado a lidiar con grandes periodistas y entrevistadores. De hecho, ha sido portada de algunas de las revistas más prestigiosas del mundo. ¿Pero cómo se vadeará cuando los que preguntan son niños de 11 y 15 años? Hemos hecho la prueba... ¡Y el jugador habla hasta de su novia! como él dice, «peco de bueno».
Es la una entrevista singular. Seis contra uno. Claudia y Rocío juegan al baloncesto, como el alicantino Miguel Carrascosa, de 12 años, y el madrileño Pablo Taboada, de 11. Completan el equipo María Logroño y Cristina Romero, ambas de 12 años y miembros del Consejo de Niños y Adolescentes de Alcázar de San Juan (Ciudad Real). Sentado sobre un par de cojines en el suelo de una sala del hotel Villaitana, de Benidorm, y rodeado de sus entrevistadores, Gasol habla de sus planes de crear una familia, su vocación frustrada por la medicina, los piques con sus hermanos, sus viajes como embajador de Unicef y... sí, también de baloncesto.
XLSemanal. ¿Cuándo empezaste a jugar al baloncesto?
Pau Gasol. Muy pequeñito, aunque el primer deporte que practiqué fue el rugby. Y el primero que vi fue fútbol. Mi abuelo me llevaba a ver los partidos del Espanyol. Luego, me apunté a baloncesto y con ocho jugué mi primer partido federado. Y, como se me daba más o menos bien, seguí jugando... y aquí estamos.
XL. ¿Te animó alguien a que jugaras?
P.G. Bueno, no exactamente. Yo veía jugar a mi padre con los amigos del barrio, en plan aficionado. Jugaban todos los fines de semana. Y si ves que tu padre hace algo, pues te inspira. Es tu modelo al que seguir.
XL. Y tu familia, ¿cómo lleva que seas famoso?
P.G. Hombre, la fama viene con jugar bien y con tener éxito. No es que les guste que sea famoso, lo que les gusta es que haya tenido éxito y que haya hecho las cosas bien. Y que me vayan las cosas de la manera que me van ahora. Siempre hemos sido una familia muy unida. Y mis padres sacrificaron sus carreras profesionales para venirse conmigo a Estados Unidos. Yo sólo tenía 21 años y querían estar cerca de su hijo. Fue un poco ir a la aventura, pero salió bien.
XL. ¿A qué te hubieras dedicado si no hubieras sido jugador de baloncesto?
P.G. A algo relacionado con la medicina. Yo iba para médico. De hecho, empecé la carrera, pero no podía compatibilizarla con el baloncesto. Mi madre es doctora y mi padre, enfermero, así que me viene de familia. Recuerdo cuando se anunció que Magic Johnson era seropositivo. Yo debía de tener diez u once años y veía por la tele los partidos de la NBA y me impactó muchísimo. Y quería hacer algo, quería contribuir a encontrar un remedio para el sida. Y lo único que se me ocurría era hacerme médico.
XL. ¿Cómo fuiste ascendiendo hasta llegar a la NBA?
P.G. Pues con mucho trabajo, ilusión, ambición, sacrificio... y también con mucha humildad. He ido pasando etapas y subiendo de nivel, pero siempre he mantenido los pies en el suelo y he valorado el mundo en que vivía.
XL. Antes de un partido muy importante, ¿qué se siente?
P.G. Un poquito de nervios, ansiedad. Cuando eres más joven, te pones más nervioso porque no tienes la experiencia. Cuando eres más mayor, ya has vivido muchos partidos importantes y estás más tranquilo y más seguro de ti mismo.
XL. ¿Te cuesta ser paciente cuando la gente se pone pesada?
P.G. No, para nada. Soy así. Entiendo a la gente. Aprecio que me admiren, que valoren mi trabajo y cómo soy. Y me gusta tratar a la gente de la manera en que me gustaría ser tratado a mí.
XL. Que casi todo el mundo te quiera debe de ser muy chulo, ¿no?
P.G. Sí. Me siento un privilegiado. Tengo mucha suerte de poder hacer algo por lo cual se me reconoce. Hay muchos profesionales, no sólo deportistas, que son muy buenos en su trabajo, pero no se les reconoce a nivel público, así que estoy agradecido. Alguien me tocó con una varita mágica... Tengo una familia que me arropa y tengo salud; a fin de cuentas, eso es lo más importante, mucho más que ganar un anillo de la NBA.
P.G. Peco de ser demasiado bueno. Y, a veces, hay que tener mala leche. Soy demasiado caballero en la cancha, demasiado gentil. En la NBA, a veces, me han llamado blando. Pero resulta que, cuando llegué, tuve que jugar en una posición que no era a la que estaba acostumbrado, y me tocaba vérmelas con auténticos armarios. En fin, a veces soy demasiado benévolo.
XL. ¿Te has sentido alguna vez decepcionado contigo mismo?
P.G. Sí, he jugado muchos partidos, muchos campeonatos y soy muy exigente conmigo mismo y sí que me he sentido decepcionado porque creía que podía haber hecho las cosas de otra forma.

XL. ¿Cómo surgió lo de ser embajador de Unicef?

P.G. A los 22 años tenía la ilusión de poder colaborar con alguna organización humanitaria y tener un impacto más allá del deporte y Unicef juntaba todos los requisitos. Nos sentamos, hablamos y todo cuadraba para que nuestra relación comenzase. He viajado mucho con Unicef. Y de cada viaje te traes recuerdos, a veces muy fuertes. He trabajado en proyectos contra el sida en Sudáfrica, donde hay muchos huérfanos por la enfermedad que viven en casas de acogida. Y en Angola visité un hospital donde no había camas suficientes y los enfermos dormían al raso.
XL. ¿Por qué de vez en cuando haces viajes a África?
P.G. Ser embajador de Unicef conlleva responsabilidades, como visitar los lugares donde se está trabajando por miles de niños que están en una situación difícil. Es importante ser testigo, tomar nota y contar lo que ves. Por la resonancia pública que tengo, puedo llegar a mucha gente.
XL. ¿Qué sientes cuando ves las condiciones de los niños de Etiopía o Haití?
P.G. Sientes que queda mucho por hacer. Ya ha habido avances y gracias a la gente que está involucrada ha habido progresos, pero queda mucho por hacer. Estoy ilusionado por el trabajo que se está haciendo, pero soy consciente de todo lo que falta. En Etiopía fui a lugares donde no tienen contacto con el exterior. Duermen con las cabras, en el suelo. Y nadie me conocía...

3 comentarios:

Tania dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Tania dijo...

Es genial que Paul Gasol sea el embajador de UNICEFF, ya que és una persona con muchas cualidades ymuy atenta, noble, sabe perder y ganar, se preocupa por la gente...
Yo le deseo suerte.

alexa tatiana obando dijo...

Es fantástico que la gente que sea famosa y tenga más posibilidades pueda ayudar a personas con discapacidades o problemas económicos como son las personas de África por ejemplo .......
Espero que a Paul Gasol le vaya todo bien en cuanto al balonces y al proyesto que tiene con Unicef